Tengo a bien presentarme como Rigoberto II de Viñuales, perteneciente a la burguesía gallega y provengo de una familia de comerciantes de especias.
Mediante esta carta quiero hacerle participe de un evento en el cual necesito de su cooperación.
Quiero realizar un largo viaje a tierras Indias, utilizando rutas nuevas por alta mar. Para llevar a cabo dicha misión ruego a vuestra Merced me otorguéis una flota con tripulación y provisiones para el viaje.
Tengo la esperanza de encontrar nuevas tierras que colonizar y riquezas como oro, piedras preciosas y alimentos nuevos que podremos introducir en nuestro mercado español.
Los motivos que me mueven a realizar este viaje no son otros que encontrar un mundo virgen por descubrir; su cultura, riqueza y alimentos y poder así ampliar nuestros horizontes comerciales.
Toda la expedición que su Majestad avala tendrá un beneficio de las tres cuartas partes de los productos descubiertos.
A mi regreso me presentaré ante vos con un diario donde redactaré con todo detalle la ruta y describiré la nueva tierra descubierta, para poder regresar en otras expediciones y colonizar esos lugares en los que podamos intercambiar las distintas culturas.
DISEÑAMOS UN BARCO ADECUADO
Voy a escoger un barco redondo, porque puede llevar más provisiones para el largo viaje que aventuro en dias venideros y poder volver con tesoros y riquezas que encuentre en las tierras a las que me dirigo. Con la nave alta, para soportar la fuerza de la mar durante largos dias de navevgación. Las velas del navío las he elegido cuadradas para recoger toda la fuerza del viento que me ayudara a arribar a mi destino, la India.
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